Reseña: El sermón de fuego - Francesca Haig

¡Muy buenos tardes, caminantes! Hace una semana que terminé por fin mis exámenes y me he quedado tan a gusto. Por fin puedo decir que soy libre y que puedo retomar mis lecturas y todas estas entradas que tengo más que pendientes. Vamos a empezar con una de mis mejores lecturas de este 2016: El sermón de fuego, que aquí os dejo la sinopsis (aquí). Antes de nada, también quiero anunciar que con esta reseña estamos de estreno, y es que ayer estuve editando unos nuevos dibujitos para las valoraciones que, además, me definen a la perfección ¿Queréis verlos? ¡Pues quedaros hasta el final!

[ESTA RESEÑA ESTÁ LIBRE DE SPOILERS]

En El sermón de fuego nos encontramos una gran historia distópica, ambientada en un mundo postapocalíptico en el que los seres humanos escienden en dos grandes grupos: los alfas (genéticamente perfectos) y los omegas (aquellos que nacen con algún tipo de deformidad). Hasta aquí puedes decir  «vaya, qué raro, otra sociedad escindida en dos grupos diferentes». Pero no son tan diferentes como a simple vista puede parecer, ya que alfas y omegas tienen una conexión única, y es que son gemelos; ambos nacidos al mismo tiempo, con la misma sangre, pero una fortuna muy diferente. Mientras los alfas lideran y gobiernan su sociedad perfecta, los omegas son excluidos de esta y tratados como escoria y lacras de la naturaleza.

No solo tenemos entre nuestras manos una historia tan diferente e ingeniosa, sino que Francesca nos plantea también a lo largo de su novela un debate moral muy presente en la sociedad real en la que vivimos. En un intento por unir ambas mentalidades, alfa y omega, nos convertimos en espectadores de la lucha entre dos grupos sociales más unidos de lo que creen pero que se empeñan en verse como diferentes, no como individuos que pueden convivir como iguales que son. La gran aventura de Kass, nuestra protagonista, será descubrir qué está pasando en el mundo de los alfas, por qué los omegas están desapareciendo, y luchar porque ambas clases se unan dejando de lados sus diferencias y sus rencores.

Gracias a una trama continua que te atrapa desde la primera página y no te deja soltarla hasta la última, consigue mantenerte con la intriga hasta el final, algo muy peculiar del estilo de Francesca Haig, no desvelar nada hasta que llega su momento. Una sociedad tan oscura, tan controlada y tan hundida en los miedos infundados por el Antes que te atrae y te hace desear saber qué está sucediendo, por qué pasa lo que pasa.

Con una prosa muy elaborada y unas descripciones intensas y profundas, no es difícil sentirse parte de este mundo que la autora nos cuenta. Un libro en el que priman las descripciones sobre los diálogos, algo que para nada se hace pesado. Quizá el ritmo es más lento la primera mitad del libro pero, a partir de entonces, la acción coge fuerza y se dispara hasta el final. Personalmente me encantó este tipo de prosa, los continuos recuerdos al pasado de Kass y las historias del Antes y de su vida con Zach, pues me permitieron entender mejor la base de esa sociedad sobre la que se sitúa la trama y a los propios protagonistas. Es muy fácil comprender por qué Zach se siente así (bueno, no, nadie podría entenderlo) y por qué Kass es de las pocas omegas con una mentalidad tan abierta.

Y, hablando de los personajes, Francesca nos presenta personajes reales, con fuertes personalidades y dispuestos a luchar por defender sus valores. Personajes con carácter y bien definidos. Personajes a los que odiarás (y mucho), personajes a los que les cogerás un cariño increíble, personajes con los que te identificarás, personajes que admirarás,… Personajes que tienen de todo un poco, a fin de cuentas. Si bien Zach y la Confesora representan la parte más oscura y fría de los seres humanos, Kass y Piper representan la esperanza, la fuerza de voluntad por luchar para conseguir mejorar las cosas. Kass es una joven omega única en su clase, pues ella no nació con ninguna deformidad; su única diferencia está en el don que posee. Pero ser una visionaria no es solo parte del don con el que nació, es también su actitud, su manera de ver la vida, y el futuro. Ella cree en romper la división entre alfas y omegas para poder convivir juntos, cree en el fin de esa lucha y el principio por construir una nueva sociedad que no esté controlada solo por una clase. (Cómo adoro que últimamente haya tantas mujeres protagonistas en las distopías. Mujeres fuertes, decididas y valientes que no se rinden a pesar de lo mal que se lo hacen pasar). Vale, basta de fangirlear con las protagonistas maravillosas de estas sagas.

Resumiendo todo lo comentado, El sermón de fuego se ha ganado un huequito en la parte guay de mi estantería y en mi lista de sagas distópicas preferidas. Si bien es tan solo la primera parte de esta saga, es un comienzo brutal. Una trama frenética, absorbente y atropellada que culmina de una manera exquisita y perversa. (Jamás superaré ese final. Mi corazón. Duele). Así que, ya sabéis, si no lo habéis leído, dadle una oportunidad porque no os va a decepcionar. Lo prometo (¿puedo hacer eso?). Además ya podemos correr a por la segunda parte y promete ser aún más emocionante.

VALORACIÓN

Me encantaría saber qué opináis vosotros si habéis tenido el placer de leerlo. ¡Abajo tenéis la cajita de comentarios!